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La tecnología al servicio de todos: Controlar el ordenador con el pensamiento

Exposición virtual realizada para celebrar la XII Semana de la Ciencia del 5 al 18 de noviembre de 2012

La tecnología al servicio de todos

Exposición bibliográfica

Introducción

Los sistemas interfaz cerebro-máquina o BCI (Brain-Computer Interface) son cualquier sistema de comunicación que traduce los pensamientos del usuario, registrados a partir de las señales eléctricas, magnéticas, térmicas o químicas que genera nuestro cerebro, en órdenes que son interpretadas y ejecutadas por una máquina o un ordenador.
De esta forma, los sistemas BCI implementan la tecnología necesaria para que un usuario pueda interactuar con su entorno haciendo uso únicamente de su actividad cerebral, es decir, sin utilizar el sistema nervioso periférico ni, en consecuencia, el sistema muscular.

El estudio e investigación sobre estos sistemas surge de la necesidad de crear un nuevo interfaz que permitiera a las personas con graves discapacidades motoras, ya sea por enfermedades degenerativas que provocan la pérdida progresiva de la capacidad de movimiento o bien por algún tipo de trauma que haya reducido sus capacidades, controlar dispositivos electrónicos como ordenadores, sintetizadores de voz, neuroprótesis, etc. u otras aplicaciones que les sirvan de ayuda en su vida diaria y les proporcionen mayor independencia.

La principal idea que impulsa la investigación de los sistema BCI se basa en la necesidad de crear nuevos canales de comunicación para personas gravemente discapacitadas, pero para que el desarrollo de este tipo de sistemas alcance un nivel aceptable de producción, lamentablemente, requiere de otra clase de aplicaciones que promuevan una mayor inversión por sí mismas como aplicaciones militares o el sector de los videojuegos, dado que los colectivos a los que principalmente debería enfocarse el uso de estos sistemas no disponen del potencial económico requerido.

Con respecto a la adquisición de los datos existen diferentes métodos para registrar la actividad cerebral: electroencefalografía (EEG), electrocorticografía (ECoG), magnetoencefalografía (MEG), tomografía por emisión de positrones (Positron Emission Tomography, PET) o imágenes de resonancia magnética funcional (functional Magnetic Resonance Imaging, fMRI).

La ECoG es una técnica invasiva, es decir, requiere de una intervención para la colocación de electrodos en la superficie cortical. Por otra parte, las técnicas MEG, PET y fMRI requieren la instalación y mantenimiento de equipos de alto coste. Por lo tanto, el método más empleado para el registro de la actividad cerebral en sistemas BCI es el EEG, ya que se trata de una técnica sencilla, no invasiva, portátil y de bajo coste, pero a la vez, es el sistema menos preciso y el que requiere más tiempo de entrenamiento.

Cartel de la presentación

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